Un jardín sostenible te hará feliz… y te ahorrará dinero

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Sentirse orgulloso de su jardín, ese es el premio de cualquier jardinero. Mirar el verdor y las flores al final de un día de duro trabajo y suspirar satisfecho sin pensar en lo que cuesta. Pues bien danos cinco minutos para demostrarte en una pocas líneas por qué un jardín sostenible te hará sentir igual de orgulloso, trabajarás menos aliándote con la Naturaleza en vez de luchar contra ella y, además, ahorrarás dinero.
Laderas de verde césped, setos boscosos, caminos de tierra con borduras floridas, arcos de rosas… El jardín inglés clásico ha sido siempre nuestro ideal secreto y para conseguirlo nos hemos enfrentado contra la Naturaleza. “Si ellos pueden ¿por qué no yo?”– nos decimos con la llave de riego abierta a tope.
Pero España no es Inglaterra. En España cada centímetro de césped o prado florido significa centenares de litros de agua, cientos de sacos de mantillos y turbas fertilizadas, herbicidas, insecticidas tóxicos, horas de trabajo, dinero y casi seguro, un buen dolor de espalda. Y cada primavera igual.
La solución a ese círculo vicioso se llama SOSTENIBILIDAD.
Porque has de saber que tu jardín es el primer frente de batalla en la guerra contra el derroche de agua, la desertización, la extinción de poblaciones enteras de abejas, la entrada de especies invasoras y el agotamiento de recursos.
Lo que todo jardinero debe saber es que un jardín sostenible lleva derecho al ahorro de agua eliminando praderas de césped, al autoconsumo mezclando flores y hortalizas en los parterres, a la regeneración del suelo recogiendo tus restos para fabricar tu propio compost, a la aceptación de que el jardín NO SIEMPRE ha de estar verde para ser bonito. No a cualquier precio.
Un jardín sostenible no es un secarral marrón y polvoriento es un ecosistema lleno de vida
Tan bonito como una pradera de césped es un patio adoquinado con un pavimento ecológico, por ejemplo nuestro pavimento ECOAGUA que es poroso, drenante y ayuda a restaurar el ciclo del agua devolviéndola infiltrada en el terreno para su regreso a los acuíferos. El mantenimiento es nulo y el ahorro muy sustancial.
Recupera para tu jardín las plantas autóctonas. Mira alrededor, si crecen silvestres en el campo es porque no son exigentes y se autosiembran cada temporada. Añade una fuente para disfrutar del sonido del agua –que sea de ciclo cerrado y mantenida con células solares– y algún frutal o arbustos de bayas. Conseguirás sombra y frescor. El agua, las flores y los frutos, atraerán a pájaros y abejas. Los pájaros son los mejores insecticidas de un jardín. Las abejas las mejores polinizadoras. Tendrás un jardín sano y sostenible que te hará sentirte orgulloso ahorrando agua, semillas, insecticidas y abonos. Un buen ahorro de dinero.

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